viernes, 20 de abril de 2018

El máster de la vergüenza


Seguro que muchos de ustedes habrán pensado por qué un simple máster causa más conmoción en la opinión pública que los juicios por corrupción o el lío catalán. Hay varias razones. Me centraré en dos

La primera la encontramos en el hastío que produce la injerencia de los partidos políticos en todos los ámbitos de la vida económica y social. En este caso, algunos representantes políticos que además de comprar los votos, se atreven a mercadear con los méritos académicos. Esta desvergüenza tiene su origen tanto en su falta de integridad, como en la falta de control por parte de las universidades. Necesitamos una infraestructura ética que garantice la publicidad y potencie la autorregulación.

La segunda razón es mucho más profunda porque hace referencia al respeto que nos merecen nuestros estudiantes. La indignación se convierte en rabia cuando vemos que muchos quedan fuera por no poder pagar un máster. Un síntoma de la destrucción programada de la universidad pública, principal motor para la igual inclusión en el mundo laboral y social. En una sociedad del conocimiento el desprestigio de la universidad pública es el contrapeso más importante para un ascensor social que ya lleva demasiados años parado.

Este fue el gran éxito de aquel nefasto, pero bien recompensado, ministro de educación, de cuyo nombre mejor es no acordarse. Ahora recae sobre la universidad la falta de vergüenza de quienes predican una cultura del esfuerzo, pero no se la aplican a si mismos. Para qué, si tienen poder y dinero.


Domingo García-Marzá. El Periódico Mediterráneo (20/04/2018) El texto se puede consultar en la versión digital del Periódico Mediterráneo: http://www.elperiodicomediterraneo.com/noticias/contra/master-verguenza_1142010.html

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