Hoy les propongo un juego divertido. Se trata de
analizar cuál de los partidos políticos, clásicos y recientes, es más
populista. Les expongo algunos de los rasgos que definen todo populismo y
ustedes mismos puntúan en una escala de uno a diez si los partidos los poseen y
en qué medida. Al final, con el resultado, podrán establecer una valoración y
discutirla con los amigos.
1. Hablan en nombre de España, de la patria, del pueblo, de
la gente, etc., se atribuyen su representación.
2. Utilizan un lenguaje basado en emociones, básicamente en
el miedo a lo que puede pasar si no les votamos a ellos.
3. No les importa nada la realidad, ni les preocupan aquellos
que sí están sufriendo o van a sufrir las consecuencias de sus planes y
políticas.
4. No son de izquierdas ni de derechas, son de centro. Es
decir, solo tienen la ideología que imponen los sondeos.
5. Se les llena la boca de palabras grandilocuentes y vacías
de significado, nunca quieren hablar de políticas concretas: de quién, cuándo y
cómo.
6. Tienen códigos de ética y transparencia, pero ni caso.
Solamente dimiten, y ni así, ante el juez.
No piensen que es simplemente un juego. Todos los partidos se
acusan unos a otros de populistas y todos lo son cada vez más y en mayor
medida.
El populismo señala el final de la democracia, puesto que
esta se apoya en las razones que tenemos para confiar en nuestros
representantes, no en las emociones que consiguen provocarnos. Pero, ¿seguro
que estamos en una democracia?
Domingo García-Marzá. El Periódico Mediterráneo. (28/02/2015)
El texto se puede consultar en la versión digital del Periódico Mediterráneo: