viernes, 30 de noviembre de 2018

El futuro de la democracia

En el mundo social la realidad la construimos unos con otros, aunque muchas veces mejor sería decir unos contra otros. No está ya creada y nos adaptamos, como ocurre con la naturaleza. Las palabras, las ideas y las creencias, son los materiales con los que forjamos la sociedad y sus instituciones, sociales, políticas y económicas. No existen leyes inmutables en economía, eso es mentira. Lo posible y lo imposible lo acordamos nosotros. Quien tenga poder, vamos. Pongamos un ejemplo.

Si nos equivocamos al definir la gravedad lo más seguro es que nos demos un buen tortazo, pero la gravedad seguirá siendo la misma. Pero, nos recordaba Sartori, un buen teórico de la democracia, si nos equivocamos sobre qué significa democracia, a largo plazo corremos el peligro de rechazar algo que no hemos identificado bien y de recibir a cambio algo que no quisiéramos de modo alguno. Esto es lo que está pasando hoy con la aparición de gobiernos que se dicen democráticos, que hablan y actúan en nombre del pueblo, pero que son apolíticos, reniegan de los partidos y apoyan su legitimidad en una opinión pública fabricada y en una determinada, y siempre oportuna, religión.

Este populismo, que rechaza lo poco alcanzado por nuestras democracias, recibe ya uno de cada cuatro votos en la Unión Europea. El peligro que corremos lo conocemos bien aquellos que hemos nacido en una democracia orgánica. Nombre muy original para denominar a una dictadura que aún ostenta en cunetas y cementerios sus buenos resultados. Sin memoria no hay futuro.

Domingo García-Marzá. Catedrático de Ética (UJI, 30/11/2018). El texto se puede consultar en la dirección: https://www.elperiodicomediterraneo.com/noticias/contra/futuro-democracia_1187691.html

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