sábado, 4 de noviembre de 2017

Pienso para pobres


El significado de palabras como ética o justicia no son arbitrarios, no dependen de lo que cada uno piense, sino que definen aquello que creemos bueno para todas las personas. Un ejemplo. El alcalde de Sao Paulo, Brasil, por supuesto multimillonario, ha presentado su estrategia para ayudar a sus ciudadanos menos favorecidos. Se trata de contratar a una empresa para que procese alimentos a punto de caducar y produzca con ellos un pienso granulado para los pobres. Dos pájaros de un tiro: se evita el desperdicio de comida y el hambre en su ciudad. El negocio es, y debe ser, por supuesto, rentable. ¿Piensan que esta estrategia es justa?

Me imagino que los camiones municipales repartirán el pienso en los barrios pobres en el cuenco correspondiente, junto a la garrafa de agua. Un algoritmo definirá el pienso necesario para cada familia, para que sus jóvenes puedan seguir con el tráfico de drogas o la prostitución. Trabajos no declarados cuyos pingües beneficios irán a parar a paraísos fiscales --donde también están nuestras empresas del Ibex-- y volverán blanqueados para engrosar, aún más, los bolsillos de políticos tan innovadores. No hay que preocuparse, dice el alcalde, es lo mismo que comen los astronautas. Ya que es tan bueno, mi propuesta sería que sean los millonarios y sus familias quienes se coman el pienso, mientras que el resto de la población tenga una comida digna como manda todo deber de justicia. Sabrían entonces qué significa injusticia y cómo su riqueza tiene mucho que ver con la pobreza con la que malviven el 47% de sus conciudadanos.


Domingo García-Marzá. El Periódico Mediterráneo. (03/11/2017)
El texto se puede consultar en la versión digital del Periódico Mediterráneo: http://www.elperiodicomediterraneo.com/noticias/contra/pienso-pobres_1104749.html

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