domingo, 26 de noviembre de 2017

Ética en la sanidad


A pesar de la falta de presupuestos y las injustas listas de espera; de la intromisión de los políticos distribuyendo a dedo cargos y cargas; de los intentos de privatización, de convertir la sanidad en un negocio, etc., aún tenemos una buena sanidad pública. La razón básica de que nuestra sanidad nos parezca fiable no es otro que la ética de nuestros profesionales sanitarios, su vocación y, con ella, su compromiso.

No digo esto solo desde la teoría o desde los indicadores de calidad, sino desde la experiencia más directa como paciente. Hace unos días tuve una intervención en el servicio de oftalmología del Hospital Provincial. Cuando estás en horizontal sabes muy bien que un paciente no es un cliente, no elegimos voluntariamente entrar en el quirófano. La sanidad no es un mercado. No es la oferta y la demanda la lógica que impera en la práctica sanitaria, ni el beneficio económico el que manda en sus profesionales, menos aún en sus usuarios. Es nuestra salud, muchas veces nuestra vida, la que está en juego. Por eso esperamos que nos cuiden y nos curen, que nos respeten como personas vulnerables que somos, que nos traten con justicia y cordialidad. Con corazón.

Desde esta columna quiero dar las gracias a estos profesionales y decirles que en su esfuerzo y compromiso se apoya nuestra confianza en la sanidad pública. También quiero hacer una llamada a la responsabilidad de aquellos ciudadanos que hacen bien poco o nada mientras ven cómo se hunde nuestro sistema público, que votan a aquellos que prefieren salvar bancos antes que personas.

Domingo García-Marzá. El Periódico Mediterráneo (24/11/2017)
El texto se puede consultar en la versión digital del Periódico Mediterráneo:http://www.elperiodicomediterraneo.com/noticias/contra/etica-sanidad_1109946.html

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