miércoles, 21 de agosto de 2013

Entrevista a Christian Felber en el Rototom 2013

El Foro Social del Rototom es todo un acontecimiento ¾casi podría afirmarse que es, sí, un evento o Ereignis en el sentido de Heidegger. Mediterráneo en el que caben todo tipo de Odiseas, el Foro Social es para la provincia de Castellón el elemento dinamizador de una cultura que, menospreciada genéticamente por el poder político, acerca a nuestras tierras a los pensadores más radicales del momento: mujeres y hombres que desde la honestidad y la reflexión se enfrentan a los múltiples problemas de nuestro tiempo con coraje, proponiendo nuevas vías para la acción humana, desbrozando sendas que todavía están por transitar. En este contexto hay que ubicar el pensamiento de Christian Felber, uno de los impulsores de la Gemeinwohl-Ökonomie o economía del bien común. Ayer pudimos charlar con él después de la rueda de prensa que ofreció a mediodía.

Felber es casi un carácter trágico. Si su mirada parece penetrar profundamente en los arcanos de una actualidad cada vez más opaca, su pensamiento es una defensa contra lo inconcebible. La forma, la duración, el ritmo y el sentido de su discurso es poderoso, de largo recorrido, clarividente y perspicaz. Felber urge a desarrollar plenamente los valores democráticos que toda constitución moderna refleja (dignidad, justicia, solidaridad, libertad, etc.). Sólo así, sostiene, seremos capaces de pasar de una pre-democracia a una democracia real. Ayer hizo especial hincapié en el papel de la sociedad civil: no es sino el demos o pueblo soberano quien tiene en sus manos la posibilidad de cambiar las reglas del juego. Es desde una geometría de la inversión (de abajo hacia arriba) que la realidad económica pero, sobre todo, la nada radical a la que nos asomamos peligrosamente, puede subvertirse. Insistió también en la irresponsabilidad financiera, en la injusticia social, en la ruptura entre la ciudadanía y los líderes de los grandes partidos políticos, abogando por la creación de bancos democráticos, por una economía humanizada, una justicia fiscal global, etc. Su propuesta difiere de otras por su cariz eminentemente práctico: la economía del bien común no es una nueva y sesuda teoría económica al uso, sino un programa de reforma del mercado que tiene por objetivo la creación de un marco legal vinculante en el que los valores empresariales no estén basados en la competitividad y el afán de lucro, sino en la cooperación, redistribución de recursos, solidaridad o respeto medioambiental. Una propuesta, por tanto, que es el resultado forzoso de una necesidad histórica, que tiene el arrojo de sumergirse en lo indeterminado, que apresa y transforma la vida de toda una época. 

Esta entrevista será editada y publicada en abril 2014 en Recerca. Revista de Pensament i Análisi

Esta tarde a las 19’00 Christian Felber hablará de estos temas en el Foro Social del Rototom Sunsplash Festival de Benicàssim.


Vicente Ordóñez (Universitat Jaume I de Castellón)

martes, 20 de agosto de 2013

Las posibilidades de la desobediencia civil como forma de participación política a debate en el Rototom 2013




Fotografía de la web del Rototom
La reflexión sobre el potencial político de la sociedad civil sigue en este verano del 2013 donde participamos en la mesa redonda “Desobediencia civil. Una respuesta desde la no violencia” dentro del Foro Social del Festival del Rototom. Una mesa que es moderada por nuestro compañero, Catedrático de la Universitat Jaume I, Domingo García Marzá y donde participan un grupo muy interesante de pensadores compuesto por Gerardo Pisarello, Iñigo Errejón y Margrét Tryggvadóttir.

Pocos días podemos disfrutar en la localidad de Benicasim de un programa de conferencias tan completo como el del 18 de agosto de 2013. El Foro Social ha sido estrenado con tres actividades: un Cine Fórum sobre infancia, cultura y alimentación, una mesa redonda sobre las posibilidades de la desobediencia civil y una conferencia sobre la cultura de la paz en el siglo XXI, impartida por Rigoberta Menchú.

La mesa redonda sobre desobediencia civil ha despertado un notable interés entre el público que ha llenado los asientos del recinto a pesar del calor. Tras la introducción teórica de García Marzá y la presentación de los ponentes, Gerardo Pisarello ha hablado de la naturaleza, la fuerza y la necesidad –e incluso el imperativo- de desobedecer a la injusticia. El profesor de la Universidad de Barcelona ha sugerido que en realidad la pregunta clave que debemos plantearnos no es porqué desobedecer sino sobre todo porqué se obedecen aquellas normas o imperativos que son injustos o antidemocráticos. Apunta a que son varios los mecanismos que existen para lograr la sumisión de los obedientes y que aspectos como el endeudamiento bancario es uno de los más poderosos pues “un ciudadano endeudado es un obediente forzoso”. Pisarello ha concluido señalando que en el momento político actual existen más razones que nunca para la desobediencia y que la ciudadanía empieza a expresar dicha desobediencia a través de nuevos movimientos sociales como el 15M. Un movimiento sobre el que ha resaltado su capacidad de poner en duda la reglas de juego y de desobedecer con atrevimiento la injustica. El eslogan del 15M, “cuando los que mandan pierden la vergüenza los que obedecen pierden el respeto”, le ha servido para cerrar una charla que ha empujado al público a reflexionar sobre la democracia y la desobediencia.   

Margrét Tryggvadóttir ha centrado su conferencia en su experiencia en la revolución de Islandia. Ha resaltado la importancia básica de la no violencia así como la perseverancia de la protesta para la consecución de un cambio político radical. También ha resaltado el papel fundamental que ha desempeñado las redes sociales a la hora de organizar las protestas.

Finalmente, Juan Carlos Monedero ha puesto énfasis en la fuerza ilimitada que ha adquirido el neoliberalismo y la falta de respuesta por parte de una izquierda que ha estado durante un largo periodo dormido y despistado. El profesor de la Universidad Complutense ha señalado que el liberalismo ha logrado dominar la forma de pensamiento a través de introducir conceptos tales como la eficiencia o la competitividad en la mentalidad cotidiana. Monedero ha criticado a su vez las reformas conservadoras que se están aplicando en las universidades con el fin de erradicar el pensamiento crítico y transformador. En esta línea ha señalado que “la universidad se ha convertido en un sitio eminentemente conservador donde es difícil que salga un pensamiento realmente transformador”. Ha concluido señalado la necesidad de recuperar la esperanza en una era marcada por las incertezas políticas. Monedero ha señalado que los cambios constantes y los múltiples retos que existen en la actualidad hacen difícil ver horizontes claros hacia los que encaminarse y por ello ha señalado la necesidad de repensarlos. Y es que los horizontes son necesarios para que exista la esperanza de que un futuro mejor es posible.

viernes, 31 de mayo de 2013

Conferencia de Simon Tormey en Castellón: "¿Es posible la democracia sin representación política?"


El próximo miércoles 19 de junio Simon Tormey, Catedrático de Teoría Política en  la Universidad de Sídney, impartirá la última de las sesiones del IV Ciclo de Conferencias, “La democracia hoy: ¿el fin de la representación?”, organizado por el Departamento de Filosofía y Sociología de la Universitat Jaume I.

Simon Tormey, destacado teórico político del panorama internacional, planteará algunos de los avances más destacados de lo que promete ser un libro provocador Politics without politicians (Política sin políticos) cuya publicación se espera para el 2014 (Editorial Polity Press). En esta obra analizará los orígenes de la desafección ciudadana, las problemáticas vinculadas a la representación política como proceso de toma de decisiones políticas así como el potencial transformador de los nuevos movimientos ciudadanos. 

Tormey ha mostrado durante los últimos años tener un enorme interés por el activismo político que, bajo el paraguas del 15-M, se está dando en España. Tanto es así que durante el año 2013 completará dos estancias breves para conocer de primera mano las preocupaciones, los objetivos y los ideales de diferentes grupos activistas. 

La primera de estas estancias ya la ha realizado este teórico quien, durante el mes de marzo, realizó numerosos encuentros en la ciudad de Barcelona con grupos activistas tales como DRY, PAH, Iaioflautas, Attac, etc.. Así como con partidos políticos no tradicionales como CUP y Escons en Blanc. 

Sobre estos encuentros Tormey llegó a afirmar, en una entrevista para ElDiario.es, el profundo impacto que le ha causado ver la gran energía que se percibe en los activistas por intentar cambiar las cosas. Señaló, además, que estos encuentros ponían de relieve que la sociedad civil empieza a ver que lo que tenemos “no es ni mucho menos democracia, sino poder de las élites sobre la sociedad”. 

Imagen del último libro de S. Tormey
Tormey mostró también su simpatía respecto a la expresión española “democracia real”, ya que según afirmó esta expresión nos permite ver “que la democracia que tenemos es una ficción, una especie de mentira, y ahora la gente la quiere desafiar”. Asimismo, no dudó en concluir que “nunca en mi vida adulta había visto gente tan poco dogmática como la que he visto en España”.

En la segunda estancia que Tormey realizará en España, durante el mes de junio de 2013, este se volverá a reunir con variados grupos de activistas; ahora en las ciudades de Castellón y de Valencia. Esta visita la cerrará, precisamente, el miércoles 19 de junio cuando impartirá su conferencia con el título: “Not in my name. The Crisis of Representation”. En esta sesión Tormey espera poder debatir su interpretación sobre el 15-M con los asistentes.

 

Datos sobre la conferencia:
Lugar: Llotja del Cànem – Seu de la Ciutat (INFO.)
Hora: 19.00
Entrada gratuita

Entrevista a Simon Tormey en ElDiario.es: VER
Artículos gratuitos disponibles del autor: VER

Más información sobre el evento. Contactar con feenstra@uji.es

miércoles, 17 de abril de 2013

Conferencia “The crisis of representation and the dangers and potentials of public opinion research”, Paul Dekker


El próximo 29 de abril Paul Dekker, profesor de la
Paul Dekker en la Jaume I (2011)
Universidad de Tilburg (Holanda) e investigador destacado del
Netherlands Institute for Social Research (SCP), impartirá una charla dentro del IV Ciclo de Conferencias “La democracia hoy: ¿el fin de la representación?” (2013). La conferencia llevará como títuloThe crisis of representation and the dangers and potentials of public opinion research” y será abierta al público.

Dekker se centrará en esta sesión en algunos de los problemas más destacados que afectan a los sistemas representativos a través de un análisis basado en los datos que ofrecen los estudios empíricos sobre democracia y opinión pública. El investigador introducirá también una reflexión sobre el potencial y los límites de este tipo de estudios para abordar los problemas actuales.

La conferencia se llevará a cabo en la Llotja del Cànem de Castelló a las 19.00. La charla se realizará en inglés.

miércoles, 6 de febrero de 2013

John Keane "The age of mega projects"


En este post subimos la entrevista original que realizó la periodista  Elena Ortega,  El País,  a John Keane. Esta entrevista salió publicada el 22 de enero en español con el título de "La historia de amor con los megaproyectos ha acabado en miseria"

 

You said in your recent public speech in Castellon that we’re now living in the age of mega-projects. What exactly did you mean by this?

In Europe as elsewhere, we’ve entered times marked by big-footprint projects, organised efforts to do things never before attempted, adventures of power that touch and transform the lives of millions of people and their bio-habitats, in unprecedented ways. These ‘megaprojects’ include under-sea tunnels, mining operations, inter-city high-speed railway networks, new airports and airport extensions. They comprise entertainment complexes, nuclear power stations, banking and credit sector experiments and new communications and weapons systems. Megaprojects are distinguished by their astronomical design and construction costs (their price tag is often well in excess of a billion euros). Their complexity, scale and deep impact upon communities of people and their environment are also striking.


What have been the consequences of mega-projects in the region of Valencia?

My impressions are naturally those of an outsider, but the impact of projects such as the lavish opera house Valencia and the white elephant Castellon airport, is plain to see, and typical of what happens in the age of mega-projects. Megaprojects create jobs and measurable wealth, scientific-technical know-how and improved services. Many make our lives easier; the invention of the Internet by ARPA is proof positive of that. Often a source of local and national pride, they can generate large profits, but even when no golden harvest results they add hugely to the private fortunes of their designers, owners, managers and shareholders. As Senor Calatrava knows, megaprojects make some people mega-rich. But mega-projects also go wrong.

What are the symptoms of failure? 
Unless they are subject to strict public controls, mega-projects often have damaging effects. During their design and execution phases, they suffer construction problems, budget blow-outs and delayed completion schedules. London’s Olympic Games is a case in point: its bid was originally costed at £2.37 billion; the probable final cost will be around £24 billion. Spain’s love affair with mega-projects, notably in the field of construction, saddled the country with an estimated 100 billion euros of toxic debt. It’s probably much more than that. When up and running, mega-projects are plagued by chronic operation problems and ‘normal accidents’. Sometimes the mishaps do irreparable damage. Hence the household names: the Bhopal gas and chemical leak, nuclear meltdown at Chernobyl and Fukushima, gigantic oil spills courtesy of the Exxon Valdez and Deepwater Horizon, the collapse of Lehman Brothers and Bankia.
Such disasters are growing in number and frequency. I’m afraid that unless things change we’re heading into a grim future, one in which risky power experiments have catastrophic effects on the lives of millions of people and their habitats.

Do you see signs of the failure of mega-projects in Valencia, and Spain more generally?
The behind-the-scenes, poorly-regulated patron-client links forged between the Spanish cajas, the construction industry and big-budget regional governments have had heart-breaking effects. Their wild love affair ended in misery. The regional government of Valencia, proportionately the most indebted in the whole of Spain, is broke. Its debt is an estimated 25 billion euros. The region is littered with ghost towns, unfinished construction projects and an airport with no planes or passengers. Throughout the country, there is understandably great disaffection among many citizens. Half of under 25s are out of work. An estimated one and a half million people have to decide each day between eating or paying their bills. Perhaps 300,000 young graduates have left Spain since the onset of the crisis. All this is very bad for the spirit and substance of democracy.

Why are they bad for democracy?
It’s not just that the near-collapse of your banking system and the current politics of enforced austerity are damaging the daily lives of many millions of citizens. There’s something else just as sinister: megaprojects resemble sizeable tumours of arbitrary power within the body politic of democracy. They usually defy the familiar rhythm of elections. Details of their design, financing, construction and operation are typically decided from above. Especially when it comes to military and commercial megaprojects, things are decided in strictest secrecy, with virtually no monitoring by parliaments, outside watchdog groups or voting citizens. Unless they’re subject to strict and independent public monitoring, mega-projects do away with democratic procedures. They resemble forms of emergency rule in the heartlands of democracy.

Cases of corruption are common in Valencia. Does the absence of monitoring promote it?
Yes. Corruption went viral. It’s true that megaprojects often fail to measure up to the lavish claims made in their defence because of a variety of factors and forces. Simple human miscalculation; the blind arrogance and groupthink of those in charge; inadequate ‘hedging’ for surprise events; bad decisions caused by poor co-ordination and diffused responsibility chains; systematic lying (what policy analysts call ‘strategic misinformation’); and unintended chain reactions all play their part in ensuring that when things go wrong, they really go wrong.

The gargantuan size and hyper-complexity of mega-projects make matters worse. But substantial evidence is mounting (the Danish sociologist Bent Flyvbjerg has done the ground-breaking research) that the root cause of mega-project corruption, the key source of their failure, is their refusal of robust internal and external public scrutiny. Not all disasters are human and megaprojects don’t always fail, it’s true. Yet when they do fail, in 90% of cases, the main cause is the privatisation of power. Those in charge of operations suppose, mistakenly, that their mega-organisations can be governed in silence – silence within and outside the organisation.

There’s something really paradoxical about this silence. It’s produced, usually through intensive public relations campaigns which have the effect of cocooning the mega-project from rigorous public scrutiny. Lots of positive things are said publicly about the project, despite the fact that they’re often untrue. In all this, journalists often play along. A rich diet of promises of access, sinecures and over-dependence on official handouts renders them obedient. They become ‘plane spotters’, captive cheerleaders of mega-projects, silent cogs in their machinery of compliance.

What can citizens do? 
There’s a developing crisis of parliamentary democracy in Spain, so it’s the duty of citizens to become wiser and more determined, to pay attention to matters of folly, corruption and injustice, to speak out whenever and wherever necessary. Ancient Greek democrats cherished parrhesia: bold, frank, courageous speaking out publicly in defence of the common good. Every actually existing democracy now needs a good dose of parrhesia. Spain is no exception.
   
How would you describe the state of democracy in Valencia and Spain?
Twice during the past century, Spain stood at a political crossroad. The present situation clearly differs from the collapse of the republic during the 1930s, or the moment during the late 1970s when fascist dictatorship crumbled. Spain is at a new crossroads. Its citizens and representatives face a fundamental choice. They can continue down the road that leads nowhere, towards a bad-tempered, highly unequal phantom democracy whose key political institutions are distrusted and many citizens feel disaffected. Or Spain can embrace a fairer and more just society protected by a vigorous form of monitory democracy (democracia monitorizada). In other words, a new type of democracy in which there are not just free and fair elections, but where citizens and their representatives also practise the art of publicly exposing and humbling arbitrary power (poder abitrario), wherever it exists. For this to happen, much will have to change. Spanish electoral laws, which produce unfair outcomes, will need serious revision. New political parties led by honest representatives will be needed; the present two-party duopoly is choking Spain. A new compromise about the past, a fresh regional settlement and a greener and more equitable politics of inter-generational justice are priorities. And public silences will have to be broken. The basic political mistake of the past several decades mustn’t be repeated. Hereon, businesses, banks and governing institutions at all levels must be kept humble, trusted and respected only because their power is subject to permanent public scrutiny and, ultimately, to the active consent of all citizens.